lunes, 14 de mayo de 2012


Instrumento musical que consiste en una o dos membranas tensadas llamadas parches, sujetas a un caldero o a un bastidor en forma de tubo llamado caja, se hacen sonar golpeando la membrana con las manos o con baquetas. La caja mantiene tensa la piel y actúa como resonador, pertenecen a la familia instrumental de los membranófonos, esto es, su sonido se produce por la vibración de una membrana o cuero estirados rígidamente, la mayoría son de origen africano y tienen diferentes nombres: chimbangueles, minas, curbetas, furrucos…
La mayoría de los tambores afrovenezolanos están asociados a celebraciones rituales, ya que en el pasado los esclavos ofrendaron su fe y su música a algunos santos protectores, es San Juan el gran protector de los tambores venezolanos, santo líder de las comunidades negras que ocuparon gran parte de la región costera del país, el afro descendiente venezolano reavivó al silencioso santo, le enseño sus propios mitos y lo vistió con su cultura ancestral, en honor a San Juan resuena el tambor largo en Bobures y Gibraltar; en Falcón el ritmo del veleño y el coriano; en Caraballeda y Naiguatá la batería de los tambores donde esta el cumaco grande y la pipa; en los pueblos de Aragua se entonan sirenas y fulías, al tiempo que resuena el cumaco; en el Valle de Orituco son los tambores quimbánganos; y en Curiepe y muchos otros poblados de la región de Barlovento, se alterna el conjunto mina y curbata con los tres tambores culo’e puya. En el estado Zulia y sus alrededores es San Benito el señor de la batería de los tambores chimbangueles, conjunto de siete tambores que marca el ritmo de la procesión de los vasallos y devotos de San Benito de Palermo entre los días 25 de diciembre y 6 de enero de cada año. En tanto, en otros lugares del país, las tamboras acompañan en mayo los cantos de fulía y en Navidad salen junto al Furruco a rendir culto al Niño Jesús.
El señor Carlos Cañas es un Luthier que además de poseer sobradas habilidades técnicas es creativo e innovador, entiende el lenguaje del Tambor Venezolano sabe de sus intimidades y de cómo echarle una mano para mejorar su canto. Discípulo de Fortunato Piña, sabio artesano de Curiepe, de quien recibió las primeras lecciones para la construcción del culo’e puyas.



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